Gustavo “Tata” Sierralta: 40 años formando generaciones en The Mackay School

Tras 40 años de vocación, el profesor de Biología Gustavo “Tata” Sierralta cierra un ciclo que comenzó en 1986, cuando el rector William Pérez lo recibió por primera vez en The Mackay School.

En estas cuatro décadas fue testigo privilegiado de la evolución del colegio: desde los primeros computadores Atari hasta la infraestructura actual. Pero insiste en que lo que más lo marcó —y lo que nunca cambió— fue el ambiente cálido, directo y familiar que encontró desde el primer día.

Uno de los cursos que recuerda con especial aprecio es la Generación ‘97, una de sus mejores jefaturas. “Alumnos de gran logro deportivo, académico y valórico… y también en aspectos disciplinarios”, dice entre risas, destacando también el apoyo de sus apoderados.

A lo largo de su trayectoria, sus pilares formativos fueron siempre los mismos: honestidad, lealtad y respeto. Valores que procuró transmitir en cada clase y que, según él, definen la identidad del mackayino. También guarda un recuerdo especial de los viajes formativos, en particular a Lagunillas, donde alumno y profesor podían encontrarse desde lo humano y construir confianzas duraderas.

Sierralta resume su aprendizaje profesional y personal en el lema del colegio: “Vincit qui se vincit”. Una idea que —dice— lo acompañó siempre y que buscó traspasar a sus estudiantes: formar jóvenes capaces de enfrentar la vida con carácter y resiliencia.

Aunque continuará haciendo clases en el Preuniversitario Pedro de Valdivia, reconoce que The Mackay School seguirá siendo parte fundamental de su identidad. Y no es para menos: su huella está en generaciones de alumnos que crecieron con él como profesor, guía y referente.

Gracias, Tata Sierralta, por 40 años de compromiso y formación.